Me decía ella que es como sacar la basura. Llega un momento en que no puedes permanecer impávido con lo que tienes frente a las narices, frente al "estado de las cosas”. Hay que optar.
Hoy me cambio de casa. Sí. Latero pero necesario. Como sacar la basura.
Como amarrarse los zapatos, al menos de vez en cuando, digo yo. Por seguridad.
Como hacer la cama, diría también. Por decencia.
No si sé. Ella me decía que uno puede meterse los cordones por el lado de la zapatilla.
Un vidente que rehuye la lata del amarre se compraría mocasines.
Sí. También. La cama puede permanecer en estado dominguero por semanas.
Un previsor innato adquiriría plumón. Se estira y punto. Nadie sabrá que ese montículo que se aprecia a los pies de la cama es una mitad del pijama... mientras su complemento descansa en el baño o, si estamos en presencia de alguien con serias intenciones de redimirse, bajo la almohada.
Cambiarse de casa significa hacer cajas, desempolvar libros y fotos. Sacar cuadros y mover el refrigerador. Desenchufar artefactos y guardar la pelela. Llamar al amigo con auto, a la amiga paleta que sabe hacer guardar lozas y juegos de vasos. Sigue aquí...
En otras palabras... Me cambié a http://rodrigoferrari.blogspot.com
La del lunes pasado fue mi última columna en Letra Chica.
Siento dejar le proyecto, pero es mejor hacerlo antes de que sea más complicado buscar un reemplazo cuando la cosa esté andando.
Nunca entendí bien para dónde iba la Letra. Quizás confabuló a ello el hecho de no haber podido participar en las reuniones que le dieron forma. Estoy mal acostumbrado a involucrarme mucho en las cosas que invento y, en este caso, en las que termino metiéndome. Por alguna razón me sentía ajeno, pero no es ese el motivo que me hizo desvincularme.
La culpa, para variar, la tiene el Derecho.
Mi vida se ha transformado en una rutina de lectura y estudio que me tiene podrido. Sólo el hecho de saber que cada fin de semana la veré a ella, me ayuda continuar sin terminar tirando todo por la ventana.
Me persigue la sombra de la derrota de enero pasado. Me ronda el temor de poder llegar a fallar nuevamente. Círculo vicioso y peligro de profecía auto cumplida. Lo sé, pero es inevitable que la imagen del fracaso no se me pase por la cabeza mientras estudio.
La cotidianeidad me secó el cerebro. Mi imaginación anda dando vueltas perdida en algún recóndito lugar de mi cabeza. Mi inspiración duerme una siesta eterna hasta que, de vez en cuando, se cae de la cama y se da un paseo por mis sentidos. Por eso siempre tengo al lado mis hojitas donde escribo cada pelotudez que se me ocurre y todas aquellas cosas que pretendo hacer cuando termine con este trámite.
Falta poco, cada vez menos. The Countdown Start.
Cambié "la estética" de este Blog. En fin.
Publiqué mi segunda columna en Letra Chica y sigo sin encontrarle el asunto a la página. Esa columna (se llama Hacer Algo) debería estar publicada aquí, aunque no me haya gustado como quedó.
En fin.
Me gusta la foto de arriba. La saqué yo. Tercer en fin. Cambio y fuera.